Podrá nublarse el sol eternamente,
podrá secarse en un instante el mar,
podrá romperse el eje de la tierra
como un débil cristal.
¡Todo sucederá! Podrá la muerte
cubrirme con un fúnebre crespón,
pero jamás en mí podrá apagarse
la llama de tu amor.
Gustavo Adolfo Becquer.
Por Paqui Gálvez y Victoria Tomé.
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